Viernes por la mañana

¿Quién me entiende? o me quejo de que estoy chata de pega o, como hoy, de que no tengo pacientes. Claro que aún es temprano, pero estoy aburrida y así no me siento una persona muy agradable.

En fin, ya llegará la tarde y me recriminaré por haber estado quejándome.

A parte de estar cansada, mi ánimo ha estado mejor.

Por ahora eso es todo ni ganas de escribir ...

Lunes agotador

Lo bueno de trabajar a full, es que una no tiene mucho tiempo para pensar.

Pfffff qué manera de correr en la tarde, mis pobres pies ya me gritaban "¡¡¡ córtala!!!. Se nota que las vacaciones (los que disfrutaron de ellas) terminaron y volvemos a la odisea de cumplir con la pega.

No me molesta trabajar, de hecho me encanta, pero las condiciones de mi trabajo en la tarde son bastante precarias. Decir que tengo poco personal es quedarme corta.

Hoy el Director Médico cometió el "error" de preguntarme, justo en el fragor de la batalla por atender pacientes... : "¿Cómo estás?" ... Ok, quizás reaccioné un tanto alterada.. bueno, lo reconozco más que un tanto alterada, pero ¿cómo se le ocurre preguntarme tamaña lesera cuando nos ve corriendo de un lado a otro, haciendo malabares para que salga todo bien y más encima, sabiendo en las condiciones en que estamos trabajando????. Si no me echan por mi exabrupto, será de milagro o bien porque reconocerán que estoy más que chata o capaz que digan que ando con mi periodo y por eso me salí de tono pfffff.

Ni idea cómo lo hago para que los pacientes no noten que ando con la "damier hirviendo", hay que ver lo que me duele la cara al final del día por poner sonrisas para ellos, pues , a fin de cuentas, ellos no tienen la culpa de lo que pasa en la empresa.

Pero, bueno, el día terminó y ya hasta me puedo reir de la cara que puso el pobre tipo... soy reconocida por mi "genio", pero a él no le había tocado.

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Ojalá mañana sea más tranquilo o por lo menos , no venga alguien a preguntarme "¿cómo estás?", si con sólo verme la cara se entiende clarito ^-^.

Sábado Especial

Hoy tuve varias experiencias que me alegraron el día.

Me reencontré con alguien a quien quiero mucho, es una persona muy especial, un gran hombre, que tiene la particularidad de ir creciendo día con día, de ser sincero en cómo es y eso, hoy en día , cuesta mucho encontrar.

Me hizo pensar en varias cosas de mi misma, cosas de esas que uno ya sabe, pero que es mejor que se las digan para así no seguir , cual avestruz, escondiendo la cabeza. Veremos si esta cabezota dura mía entiende de una vez que hay que poner "manos a la obra" y no sólo quedarse divagando.

Reconozco, eso si, que he estado haciendo cosas para no hundirme, peleando conmigo misma para sentirme mejor o no sé, para dejar la apatía.

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Hoy vinieron visitas al depa... una especie de club de Lulú, amigas de mi mana, pero que muestran señales de querer que yo también forme parte del grupo, así que eso hice. El socializar así no es mi fuerte, pero salió entretenido. Claro que, obviamente el tema central fueron las "penas de amor" y , por ende, la música estuvo ad hoc. ¡¡¡Qué manera de haber temas "córtate las venas" !!!. Para todos los gustos, casos y situaciones. También tuvimos nuestra sección "fashion", probándonos la ropa que me compré el otro día. Fue una especie de catarsis para cada una de nosotras. Hubo de todo : lágrimas, caras de penas, miradas al vacío, pero condimentado con traguitos, risas y recuerdos jocosos y no tanto, pero terminamos la noche sonriendo.

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También hablé con mi madre y mi abuela (que es la encargada de rezar por mi... jijij cada vez que hablo con ella me dice eso y de ahí me pasa a mi mami). Hablar con mi madre por fono es toda una odisea, le encanta comunicarse y su timbre de voz hace que una se imagine lo que ha pasado y se deja llevar, así que la oreja debe estar preparada para "caldearse" más que un poco.

Charlamos poco esta vez, pero la otra noche, cuando estaba yo encerrada en mi pieza mirando al techo, la llamé... Ahí hablamos largo y tendido, de la vida, de nuestros sentires, de nuestros deseos. Fue reconfortante y a la vez nostálgico, pues mis padres no están cerca. Me hizo ver cuántas veces perdí el momento de hablar con ellos allá, de expresarles mis sentimientos verbalmente y físicamente. Ellos sabían que yo los quería, pero yo nunca lo decía.

Tras dejar el hogar y empezar mi vida lejos de ellos me di cuenta de cuanto, pero cuanto los admiro y amo. No sólo por ser mis padres, si no porque son grandes personas , con grandes cualidades (y también sus defectos), que me dan un cariño incondicional, que no importa la embarrada que me mande, ellos me quieren igual.

Ahora, cada vez que tengo la oportunidad, ya sea por fono o cuando voy a verlos allá, se los digo... les digo que los quiero mucho y que los extraño.

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Me desperté pensando que sería un día cualquiera, sólo un sábado libre con la única novedad de ir al dentista (que me alargó los dientes y aún no me acostumbro), un día como cualquier otro, qué equivocada estaba.

Fue un día diferente... de reencuentros, de recuerdos, de sentimientos, de compartir, de dar y recibir, de abrirme y dejar que se abrieran, de pensar, de soñar, de sólo ser nosotros, sin caretas, sin actuaciones... sólo ser.

Más tranquila

Sé que me dejo llevar demasiado por mis emociones y que éstas cambian a una velocidad impresionante, claro nunca me he sentido eufóricamente feliz, pero paso de una a otra emoción en un tris.

Intento, eso si, controlarlas y que ellas no afecten a la gente a mi alrededor. A veces no lo logro y me siento mal por mi forma de actuar y pido disculpas (cosa que me cuesta un montón, pero cuando las doy, lo hago de corazón).

Luego de estar hundida en una especie de patética autocompasión, vuelvo a estar serena, como la calma tras la tempestad. Es un tanto extraña la sensación, sinceramente no sabría como describirla, no ando triste, pero tampoco alegre, sólo estoy... como a la expectativa... ¿de qué?, ni idea, pero algo así es como me siento.

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Estoy tranquila y expectante, con dudas de lo que vendrá, pero al menos la tormenta, su peor fase ha pasado.

Trivialidades... necesarias, a veces.

Hoy, tratando de alejarme de ese dichoso hoyo, salí con mi hermana (le digo mana de cariño) , no es que tuviera ganas de levantarme de la cama, pero no puedo encerrarme y hacer que ella sufra.

Así que partimos al Apumanque. No me pregunten por qué me gusta, quizás se debe a que fue el primer "mall" que vi la primera vez que vine a Santiago años atrás.

En principio sólo era para dar una vuelta y "mirar como la gente compra", se me olvidó el pequeño detalle que mi mana tiene un no sé qué para hacer que me compre algo, pues cuando ando sola me da lata y si llego a adquirir alguna cosa es para ella, Myshu (nuestra gata) o para el depa.

Aparte de comprar un montón de ropa (unas poleras "normales" y ropa de la que llaman "gótica"), me hice un "arreglo", me explico: me sometí a la tortura de estar más de una hora con los ojos cerrados, tirada en una camilla que hizo ver estrellitas a mi pobre espalda, aguantando a ratos a una tipa, por cierto, muy desagradable y todo eso para encresparme y teñirme las pestañas y así cambiar la cara de "topo" con la que andaba deambulando por la vida estos días. Valió la pena, harto cambia el caracho con las pestañitas encrespadas. Claro que hasta ahí llega mi vanidad, porque eso de pensar siquiera en maquillarme ufffff no gracias, no es para mi.

La ropa, ni idea cuándo la usaré, pero mi mana estaba tan contenta viéndome probar una y otra pilcha (¡¡¡qué horror eso para mi!!!), que eso me hizo sonreir.

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No es que ya ande feliz de la vida, que la tristeza se haya esfumado, pero, no sé, el hacer cosas triviales, el salir con mi mana ( a quien, ya se dieron cuenta, quiero enormemente), el salir, el incluso probarme ropa, me alejó de ese sentimiento que me estaba ahogando.

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Fue un día de trivialidades, pero fue un día en que éstas fueron necesarias.

Mi presente ... Mi pasado

Ya varios han notado que no ando bien, pero les basta un "me duele la cabeza o dormí mal", para que no me sigan preguntando, aunque hay algunos que perciben que no es eso , pero , por suerte no insisten.

Aún siento ganas inmensas de llorar, pero eso no ayuda mucho, no se saca mucho con eso, no sé, quizás pienso así porque cada vez que lloraba, siendo niña, me decían que no valía la pena y me quedó grabado y ya, siendo mayor el llorar me produce rabia, el no poder controlar el llanto me enerva así que lo evito.

Tiempo atrás, en uno de mis escritos comenté que hubo un tiempo en que estaba tan mal que hacía locuras, éstas consistían en autoflagelarme, no con azotes de látigo, si no, cortándome, dejando de comer, tomando cuanta pastilla encontrara para dormir y así no pensar. Para quienes nunca han hecho algo así o ni siquiera lo han imaginado, les costará entender y me tomarán por paciente psiquiátrica.

Hoy, mi pasado se me acerca y me tienta, me tienta a volver al hoyo en el que estaba, porque, aunque no era muy agradable estar ahí, al menos nada me tocaba, nada me importaba, el hacerme daño me aliviaba, era sólo esa negrura y yo, sin posibilidades de dejar entrar a alguien. Cobardía de mi parte ¿quizás?, ¿pocas ganas de volver a levantarme?, lo más probable.

Sé que debo volver a ponerme de pie, sé que debo evitar retomar ese pasado, pero me cuesta, me cuesta tanto no ahogarme en la tristeza y trato de encontrar algo que me haga salir de ella, pero lo único que se me ocurre es volver a ese hoyo y poco a poco siento como caigo en él, como me dejo "tragar" por él. Lo más patético de todo es que estoy mejor ahí, así poco a poco iré desapareciendo, convirtiéndome nuevamente en sólo la cáscara de mi misma y dejando a mi yo oculto en las sombras.

Lo lamento por mi hermana, que me ve sufrir y sufre conmigo y se desespera porque no ve cómo ayudarme, por ella intentaré seguir en pie un tiempo más, seguiré fingiendo que estoy mejorando, que estoy sanando y ella seguirá en su empeño de que vea la vida de otro color, que sonría , que viva, tratando de alejar a mi pasado.

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Mi presente, deben haber cosas maravillosas en él que no logro ver por el estado en que estoy.

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Mi pasado obscuro poco a poco se acerca y cada vez me cuesta más huir de él.

Pena

Otra vez la pena me inunda, al parecer ese es mi sino, que ella sea una compañera en mi vida.

Por más que intento sacarla de mi existencia, vuelve.

Esta vez con más fuerza y yo sin ganas ni ánimo de detenerla, sólo sentirla, quizás como una manera de sentir que estoy viva, que algo siquiera está dentro de mi , aunque sea algo tan terrible como ese sentimiento.

Sé que llegado el momento pasará o por lo menos no sentiré esa angustia que me desgarra, pero ¿cuánto tiempo tomará esta vez?, ¿qué debo hacer para que sea más rápido?.

El fingir que todo va bien, que ando feliz de la vida, inventar otra careta, sinceramente me está agotando y no sólo por dentro, si no que también por fuera.

¿En quién confiar?, en mi no puedo, en otros, bueno ellos tienes sus propios problemas y mucho más graves que los míos ... ¿cómo "cargarles la mata", cuando apenas pueden superar sus atribulaciones?. Sería injusto y para qué andamos con cosas, cuando una está así, digan lo que nos digan , no logramos que entre en la cabeza, lo entendemos, si, pero de ahí a ponerlo en práctica hay una gran diferencia.

Quizás es el mero "placer" de sufrir, no lo sé.

No soy de las que les guste llorar cual Magdalena, además que quedo con ojos tipo Garfield y todos lo notan (y me carga que me pregunten ¿qué te pasa?).

Dejar que el sufrimiento siga su curso, dejar que estos sentimientos que me desgarran poco a poco sanen y ya no duela tanto, seguir inventando una cara de "aquí todo bien", seguir actuando, quizás con el tiempo me crea el papel.

Mientras, la pena me carcome.