Trivialidades... necesarias, a veces.

Hoy, tratando de alejarme de ese dichoso hoyo, salí con mi hermana (le digo mana de cariño) , no es que tuviera ganas de levantarme de la cama, pero no puedo encerrarme y hacer que ella sufra.

Así que partimos al Apumanque. No me pregunten por qué me gusta, quizás se debe a que fue el primer "mall" que vi la primera vez que vine a Santiago años atrás.

En principio sólo era para dar una vuelta y "mirar como la gente compra", se me olvidó el pequeño detalle que mi mana tiene un no sé qué para hacer que me compre algo, pues cuando ando sola me da lata y si llego a adquirir alguna cosa es para ella, Myshu (nuestra gata) o para el depa.

Aparte de comprar un montón de ropa (unas poleras "normales" y ropa de la que llaman "gótica"), me hice un "arreglo", me explico: me sometí a la tortura de estar más de una hora con los ojos cerrados, tirada en una camilla que hizo ver estrellitas a mi pobre espalda, aguantando a ratos a una tipa, por cierto, muy desagradable y todo eso para encresparme y teñirme las pestañas y así cambiar la cara de "topo" con la que andaba deambulando por la vida estos días. Valió la pena, harto cambia el caracho con las pestañitas encrespadas. Claro que hasta ahí llega mi vanidad, porque eso de pensar siquiera en maquillarme ufffff no gracias, no es para mi.

La ropa, ni idea cuándo la usaré, pero mi mana estaba tan contenta viéndome probar una y otra pilcha (¡¡¡qué horror eso para mi!!!), que eso me hizo sonreir.

>

No es que ya ande feliz de la vida, que la tristeza se haya esfumado, pero, no sé, el hacer cosas triviales, el salir con mi mana ( a quien, ya se dieron cuenta, quiero enormemente), el salir, el incluso probarme ropa, me alejó de ese sentimiento que me estaba ahogando.

>

Fue un día de trivialidades, pero fue un día en que éstas fueron necesarias.